Óleo sobre tela/ 1.20 x 75 x 1 cm de espesor
Intencionando la entrada hacia el interior, un movimiento develador cuando descubro como la circulación se activa en varios planos. Caos en el cuerpo, en la mente, en el corazón, estoy perdida buscando ancestralidad en la naturaleza, en mi ser más profundo. Los ojos se han ido al fondo de la escencia, ya han desaparecido. Siento fundirme con el paisaje, transformandome en pez. La columna se sacude buscando la luz, una de mis manos se ha vuelto metálica, es una pinza de tres patas que rema en la tormenta.
Mis estudios sobre la Figura Humana en la Pintura conectados a los estudios que estaba llevando en la Danza (contemporánea) , me llevaron a estudiar Kun fú (estudié solo un año, cinturón amarillo) Las Artes Marciales contienen la inteligencia del pulso natural porque su conexión proviene de la contemplación. De ahí ocurre la energía bien direccionada. Este "vaivén" de opuestos del cuerpo, esas vaciadas de aire en la quietud y el desapego, para luego expandirse en distintas exhalaciones y direcciones desde las Articulaciones.
Los meridianos de la Acupuntura se activan en la consciencia de la Planta del Pie y las Artes Marciales enseñan esa ruta desde la concepción del Cuerpo Sagrado. En este paralelo aprendo de la Filosofía Taoista, entonces se activa la circularidad del Cuerpo.